"En efecto. Vivimos una crisis del sistema donde todo está interconectado. La crisis es financiera, económica, climática, alimentaria, migratoria. Una crisis que toca la gestión mundial, porque no hay ninguna institución mundial que goce de real credibilidad. El G20 no es más legítimo que el G8. Y las Naciones Unidas no logran jugar el rol previsto por su Carta.

Es verdad que esta crisis es el producto del avance de la desregulación, pero está también ligada al mismo sistema. El mensaje del FSM deberá ser aún más claro que cuando nació hace 10 años. Subrayar la necesidad de la globalización de la resistencia y de las alternativas para proponer un sistema alternativo al sistema capitalista patriarcal globalizado.

Los que se reúnen en Davos siguen por el momento con la capacidad de lanzar ofensivas contra los “de abajo”. Estos, están poco a poco superando su fragmentación –aunque con dificultades- para progresar en la dirección de ofrecer una alternativa global que es más que necesaria. Y pienso que la solución no pasa por reformar el actual sistema sino claramente contra éste."

Eric Toussaint, presidente del Comité por la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo. Foro Social Mundial (FSM)

lunes, 9 de abril de 2012

Dimitris Christoulas y el compromiso vital


"El proverbio latino «Senatores boni viri, senatus mala bestia» se ha convertido en un lugar común. ¿Qué significa este proverbio y qué significado ha adquirido? Que una multitud de personas dominadas por los intereses inmediatos o movidos por la pasión suscitada por las impresiones del momento transmitidas acríticamente de boca en boca, se unifica en la peor decisión colectiva, en la decisión que corresponde a los más bajos instintos bestiales. La observación es justa y realista en lo que se refiere a las multitudes casuales, formadas como un "gentío bajo un cobertizo durante un aguacero", compuesta por hombres que no están ligados por vínculos de responsabilidad hacía otros hombres o grupos de hombres o hacia una realidad económica concreta, cuya ruina repercuta desastrosamente en los individuos. Por esto se puede decir que en estas multitudes el individualismo no sólo no se supera sino que se exaspera por la certidumbre de la impunidad y de la irresponsabilidad. ”
El hombre individuo y el hombre masa.
Notas sobre la política y el estado moderno.
Antonio Gramsci


He recibido algunas críticas en mi entorno, constructivas claro, respecto al enfoque tan personal, quizás trágico, de uno de los artículos de este blog, “Me sobran los motivos” [1]. He de reconocer que aunque todo lo dicho en el citado artículo se ajusta estrictamente a la realidad y no he exagerado en ninguno de los puntos expuestos, llevar un artículo a un plano tan personal y cercano conlleva cierto riesgo de sensacionalismo o amarillismo. Ha sido intencionado, buscaba provocar, una pequeña maldad por mi parte. He de decir en mi defensa que no buscaba dar cierta sensación de fatalidad, soy una persona tremendamente positiva y lo que ocurre a mi alrededor no es grave, sino poner de relieve la necesidad de poner en común todo aquello que por no incomodar, guardamos en el plano personal. Solo así podremos contrarrestar cierta ligereza y una exasperante equidistancia en ciertas opiniones a propósito de las desgracias ajenas, ya que cuando las miserias ocurren al otro lado del mundo no pasa nada, pero el problema es bien distinto cuando ocurren en nuestra pequeña realidad cotidiana.

Uno de los éxitos del capitalismo ha sido que asumamos una ética individualista hasta tal punto que, como decía, lo personal incomoda. La mayoría de la gente lo que quiere es vivir tranquila y no calentarse demasiado la cabeza, es más, bastante tiene cada uno con sus pequeños problemas como para andar preocupándose de los problemas de los demás. Pero en realidad, las miserias no son individuales, son colectivas y su superación pasa irremediablemente por ponerlas en común, pues ya no ocurren al otro lado del mundo donde la conexión con nuestros actos es más difusa, sino que ocurren a nuestro lado.

El miércoles 4 de abril de 2012 Dimitris Christoulas, un jubilado griego de 77 años, se suicidaba volándose la cabeza frente al parlamento griego en la plaza Syntagma de Atenas. En uno de los bolsillos se encontró una nota de suicidio:

El Gobierno de Tsolakoglou|1| ha aniquilado toda posibilidad de supervivencia para mí, que se basaba en una pensión muy digna que yo había pagado por mi cuenta sin ninguna ayuda del Estado durante 35 años. Y dado que mi avanzada edad no me permite reaccionar de otra forma (aunque si un compatriota griego cogiera un kalashnikov, yo le apoyaría), no veo otra solución que poner fin a mi vida de esta forma digna para no tener que terminar hurgando en los contenedores de basura para poder subsistir. Creo que los jóvenes sin futuro cogerán algún días las armas y colgarán a los traidores de este país en la plaza Syntagma, como los italianos hicieron con Mussolini en 1945.”

|1| Hace un paralelismo entre el gobierno griego actual y el gobierno colaboracionista con los nazis de Tsolakoglou.
Esta muerte viene a engordar las estadísticas de suicidios en Grecia que ha pasado, en tres o cuatro años, de las cifras más bajas de la Unión Europa a la más alta. El capitalismo mata y ya no ocurre al otro lado del mundo, ocurre a nuestro lado.

La hija de Dimitris Christoulas, supongo que en previsión de que la muerte de su padre sería tratada como la de un anciano quizás con trastornos psicológicos, enviaba una carta a los medios en la que afirmaba que "durante toda su vida [mi padre] ha sido un militante de la izquierda, un visionario desinteresado. El acto del suicidio de mi padre es un acto político consciente, coherente con lo que creyó e hizo durante toda su vida”.

Dimitris Christoulas no se suicidó como un acto de desesperación, o al menos no solo, sino que se suicidó para dar sentido a su muerte según el compromiso vital que había adquirido a lo largo de su existencia, poniendo de manifiesto a través de su situación personal la situación de toda una sociedad.


Decía Ernesto Che Guevara: “Déjenme decirles, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor”. Y, ¿qué es el amor sino un sentimiento que nos une al prójimo y nos hace vivir y comprender nuestra propia existencia a través de la existencia del otro?, ¿qué es el amor sino la asunción vital de un compromiso para con los demás que nos hace felices y plenos? Pues déjenme decirles, a riesgo de parecer ridículo, que esta muerte ha sido un acto fundamentalmente de amor.

Manifestarse, gritar, bailar batucadas y portar pancartas no es más que un encuentro causal “bajo un cobertizo durante un aguacero” si no sirve para unirnos en un compromiso vital de lucha contra la injusticia que es transversal a todos nosotros.

Vuestra situación personal es la mía, vuestra lucha es mi lucha.

Pedro Luis López Sánchez – Twitter @estrateglobal

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[1] Pedro Luis López Sánchez, Me sobran los motivos, http://laestrategiaglobal.blogspot.com.es/2012/03/me-sobran-los-motivos.html

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